Los ritmos afrolatinos, prácticamente caribeños, con un pie en la música disco y el funk están presentes en el nuevo y quinto trabajo del deejay y productor Bosq, Descarga Internacional.
Este experto en mezclas, ahora compositor y director de su banda, nos enfrenta con maestría a esa música que conoce muy bien, de hecho ha estudiado esas intersecciones entre la música africana y latinoamericana.
Bosq (Benjamin Woods) criado en Boston, pero radicado desde hace tres años en Medellín, Colombia, refleja su visión personal de los ritmos afrolatinos y encuentra más géneros cuya amalgama desafía las pistas de baile y se aleja de sus primeros homenajes.
Por supuesto, el disco con doce tracks, es una suerte de vivencia, porque según Bosq “contiene las experiencias, inspiración, frustración y magia de estos mis primeros años en Medellín, Colombia, después de salir de Boston, EEUU. Todo eso, envuelto en forma de álbum”.
Desde que llegó a Medellín, Bosq lo que hizo fue meterse a la escena y estudiar con maestros sobre los diferentes ritmos colombianos, que se sabe son más de cien géneros (además hay variables de la cumbia). La idea era poder conocerlos, distinguirlos y utilizar sus elementos. “Yo quería que mi trabajo fuera más auténtico artísticamente. Pero lo más importante para mi era llegar a un punto donde mi música retornara algo de lo recibido y crearle valor a los músicos que mantienen viva la tradición de esta música”.
Y ahora elige lo más representativo y actual pero también lo más bailable a fin de desafiar los dancefloor de cualquier parte del mundo, para ello le dota a sus composiciones de cumbia, afrobeat, salsa, calipso, soul tropical, disco y funk.
El álbum abre con Nidia Gongora, Rumbero. Una de las artistas de mayor proyección internacional gracias al currulao y a la rumba, muy al estilo del Pacífico colombiano. Acá parte orgánica y parte electrónica le aportan sabor único a la pieza.
Le siguen tambores y sección de metales, gran ritmo, con Mi arizal, a cargo de la joven de San Bernardo del Viento, Dorkas. Acá dice: “canto a mi tierra ancestral”, cerrando un solo de trompeta a cargo de Rolando Nieto.
Otra de las piezas prendidísimas es Wake up, interpretada por Kaleta o sea Leon Ligan Majek, guitarrista de Benin, originario de Porto Novo. Lo suyo es afro funk y afrobeat. Él tocó con Fela Kuti, solo ahí ya dice mucho. Aquí Bosq muestra una gran comprensión de estilo, pone una fuerte percusión junto a una ágil sección de metales imprimiéndole a Wake up un gusto fundamental y contagioso. El otro tema incluido de Kaleta es Omo iya, insuflado por una sección de metales muy afrobeat.
El tema que le da título a la placa Descarga mundial, cuenta con el apoyo del experto cantante colombiano de salsa, Mauro Aboganster, miembro de Sonora 8. Por supuesto su estilo, más los elementos electrónicos y acústicos (como el piano que se escapa de Andrés Moore Velásquez) consiguen una tonada pegajosa que le tributa a todos esos ritmos presentes y ausentes como la cumbia, mambo, plena, son, merengue, bomba, danzón, rumba, chandé y más.
Por último, quiero mencionar Onombitamba, con la voz del colombiano Justo Valdez, un músico que por muchos años se dedicó a vender lentes oscuros a los turistas, es un experto de estilos poco difundidos como geniales, es decir, los bullerengues, lumbalúes, chalupas, cantos bantúes y palenqueros (son palenque). Pues acá, Bosq jala de esas rítmicas, las pone funky y además las engrandece con elementos electrónicos y un solo de trombón de José Vega. Algo alucinante.
Descarga internacional es un álbum jugoso. Muestra ese caribe urbano que uno no conoce pero que intuía existía y que al descubrirla uno no deja de moverse, de disfrutar, pero también de asombrarse de lo que es capaz un curioso y un apasionado como Bosq que escuchó y sintió el llamado -dejó la comodidad de Boston y se fue a Colombia-, de los ritmos contagiosos, impetuosos, embrujantes y calientes de ese lado de América Latina. Ahora que vive en Colombia, me parece que a Bosq nadie lo va a parar.
En los últimos 17 años se ha volcado a escribir de y por la música. Se mantiene alerta y curioso de todo lo que su radar personal le permita, para capturar y descubrir esa música que está en la marginalidad como también en el ojo del huracán artístico alrededor del globo. Periodista musical, crítico y productor de radio. Ha escrito para Crónica, Arteria, elPeriódico, Siglo 21, Prensa Libre y Nómada.