Rod V es un deejay y productor guatemalteco apasionado por los sintetizadores, teclados midi, secuenciadores, panel de efectos y cuanto aparato manipule o genere sonido.
A diario genera e inventa sonidos, de manera que vive entre esos aparatos. Eso explica su amplia producción discográfica, desde singles, EP hasta álbumes. Y ahora pone a circulación su EP Boreal, donde navega por los espacios del house progresivo y el techno melódico.
Este es un disco que gustosamente uno escucha mientras conduce el automóvil. Sentirse justo en un ambiente amplio, moderno, urbano a más no poder y como hecho para estar en medio de un transitar calidoscópico a velocidad despreocupada.
Sí, ya sé que el house fue hecho en tiempo de 4×4 orientado para las pistas de baile. Pero para mí, es más relax y más extenso, al menos el house de Rod V.
Veamos. El disco inicia con Boreal con esas percusiones sintéticas, sonidos como de vibráfono ocasionales que definen la melodía. Sí el ritmo es repetitivo y machacón, con la energía de emociones primarias.
Así marcha a ese compás, pero realiza una pausa para generar, a mitad del tema, cambios. Acá Rod V evoca el espacio, el infinito, la ingravidez con una especie de espirales y después cuerdas. Es casi como un estado mental. Compases después, nos vuelve a tierra para bailar o en todo caso bailar en el espacio infinito. Boreal tiene esa emoción que se lleva adentro y una sensación que induce a bailar.
Timeless, hace pensar que aún cuando existe la convicción que el house es una música hecha para hedonismo puro y duro, también hay espacio para la experimentación.
En efecto, como su título lo dice, acá todo gira en torno al tiempo. Hay un reloj visible e invisible a lo largo del tema. Es decir, el beat sintético se acompaña de un tic tac de relojería. Acá en el cambio es donde experimenta. En el empalme de sonidos, en su previsible puente al minuto 3, da lugar con brevedad a un ambiente paisajista con cuerdas y para salir de ello, alarga notas sintéticas y enseguida, al oyente, lo devuelve al mundo rítmico original.
Exosphere, parece ser más percusiva tiene su pausa, su freno sea para darle paso a otra sonoridad o para cambiar de ánimo. Esta es quizá de las más experimentales de Rod V. Me gusta porque tiene ese progressive house, es decir ese componente de profundidad, sin olvidar en nada lo percusivo que pregona al inicio.
Orion, es una composición marcada por un beat que justo en su ecuador, hace una pausa y proyecta sonidos de espiral (lo mismo al final solo que más veloces). Luego retoma su beat y traza una melodía corta y reiterativa e igualmente infinita. Yo diría que la pieza se convierte en una especie de galaxia dance. Sí durante los siete minutos que dura, se desarrolla una música narcótica, luminosa y palpitante. Una sensación que ahora ya no es novedosa, pero que sigue siendo convincente y atractiva para muchos.
Las producciones de Rod V o Rodrigo Samayoa, han sido versionadas o consideradas por deejays extranjeros como Randy Boyer, M.I.K.E., Thomas Penton, Hernan Cattaneo, entre otros, igual han sido tomadas en cuenta por sellos como Cuberec, Proton Particles, Soundteller, Silk Music, Ora Recording y Massive Harmony Records.
Y en estos diez años, continúa construyendo un repertorio que es un eficaz envoltorio para creaciones adhesivas, donde se juega con el volumen, el silencio y el ritmo, pero al mismo tiempo relajadas, con evocaciones placenteras, jóvenes y diversas, como también frecuencias atmosféricas que a veces lindan con el ambient.
Yo pondré más seguido este disco, porque no es un simple ejemplo de música electrónica, sino porque tiene la vocación de trascender.
En los últimos 17 años se ha volcado a escribir de y por la música. Se mantiene alerta y curioso de todo lo que su radar personal le permita, para capturar y descubrir esa música que está en la marginalidad como también en el ojo del huracán artístico alrededor del globo. Periodista musical, crítico y productor de radio. Ha escrito para Crónica, Arteria, elPeriódico, Siglo 21, Prensa Libre y Nómada.