El romanticismo de Los Naúfragos en La Isla Centeno

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El dúo integrado por Lito de la Isla y María Centeno originario de Guadalajara, México, compartió a lo largo de este 2020, siete sencillos de su segundo álbum llamado “Los Náufragos”. 

Esta nueva placarecién publicada el 30 de octubre, es música pop combinada con son, bachata, huapango, salsa y reggae. Está aderezado con letras románticas, que por momentos, encogen el corazón. Es ideal para levantar pasiones en atardeceres de celajes propios del fin de año en alguna playa del Atlántico. Sobre todo por la voz de María, que alcanza un alto nivel de ternura, aprieta el cuello y deja sin respiración.

También hay canciones cuyo trago amargo es la pura cicuta. El desamor en letras simples es tan honesto como un cuchillo recién afilado que descansa en su vaina.

Los Naúfragos es sobre las circunstancias de la vida. Son historias rotas, amores inmerecidos, y la eterna lucha por un amor que se desmorona. Aunque a veces es optimista e intenta aferrarse a la esperanza y la paciencia en caso que este amor sea inocente, profundo, intenso y sincero.

El disco abre con Aquí. Una balada con ganchos pop. “Que si el sol mañana vuelve a salir me encuentre cerca de ti / Y que sigamos aquí, aquí, aquí”.

En las olas es el silencio que produce un amor que muere. “Y no, tu no quisiste rescatarnos / Me voy a ahogar en las olas del mar”, dice lapidario.

No te culpo es una balada pop con requinto sobre dejar un romance que no hace bien. “Por favor no llores así / Mira que a mí me duele mucho decir que no quiero mañana… / Ver tu reflejo en el mismo espejo /Tener que mentirte que aún te quiero”.

Juego de amor camina a ritmo de un reggae pop como invitación a la fantasía. Son esos juegos que la gente practica para hacerse desear.

Guárdalo es vomitar bilis después del desamor. Una balada con rasgos indie. “Tu sólo vienes a deshacer / Mis ilusiones y te vas /¿Y con qué derecho aquí estás? /Si vienes sólo a hacerme mal”.

Lejos por no decir “que te vayas, hasta allá”, es una balada con letras nobles con el deseo a medias de que te vaya “bonito”. Una balada nostálgica y resignada que la podemos escuchar mientras las olas entierran nuestros pies.

Hace tiempo sobre la llegada del amor correcto. Un son exquisito que resuma nostalgia a ritmo de bolero. Hace tiempo / Que quería yo sentir esto que siento / Encontrar toda la luz que llevo dentro / No te vayas nunca, no te vayas nunca. La voz de María estremece.

El remedio es dos personas que quieren sanar luego de hacerse tanto daño aunque el amor siga presente. Yo soy el único que está sentándose a esperar / ¿Qué hago con este malestar? / ¿Qué hago con la necesidad? / Dime qué tengo que tomar / Para curar la herida que has dejado”. 

Tardes en el parque es el flechazo definitivo. La pareja ideal que se gana a amigos, padres y al perro más feroz. La ternura es una caminata juntos. Pasar las tardes en el parque / Y sentir tu cuerpo descansando junto a mí tranquilo / Poder usar tu amor de abrigo / Yo nunca podré mirarte así como me miras tú”.

El amor no existe es continuar la vida a pesar que el amor esté herido, mañana sanará aunque digan lo contrario. Que el amor ya no existe / Estamos todos tristes y nos da igual /Pero yo pienso que podría funcionar / Tenerte cerca siempre y llevarte a bailar / Que el amor ya no existe / Son mentiras que dicen y a mí me da igual”.

Querernos es una balada cargada de idealismo y romanticismo sobre seguir a pesar de los errores. He perdido muchos años diciendo que sí /Que podemos reencontrarnos y sobrevivir / A los miedos que quedaron sacarlos de aquí / Y recuperar lo nuestro”.

Los Náufragos es sobre dejar a la pareja con la espera escapar y encontrar algo mejor. Una balada cruel sobre la separación y la espera de un regreso inexistente. “Te vas a navegar otras aguas y anclar / Tu barco muy lejos de mí / Pero vas a pensar en mi piel y querrás /Que algún viento te traiga hasta aquí”.

Si dejamos el disco en rotación continua y suena Aquí, es decir la primera canción, hay un sentimiento de esperanza a pesar del duelo.

Con Los Náufragos, La Isla Centeno prueba que se puede publicar música pop que no choca con amores infantiles, melifluosos y caprichosos. Al contrario, éstas son composiciones que desdoblan amores intensos y honestos que aspiran a un idealismo posible. El amor, aunque duela, es lo mejor que le puede pasar a cualquiera.

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