Es un disco latinoamericano innovador. Desde su portada hasta las expresiones sonoras que entrega. Desde Bogotá, Colombia, el sello discográfico In-correcto presenta El Sudaca Contraataca, Volumen IV. En realidad es un recopilatorio, igual a los anteriores, pero esta vez con un subrayado electrónico.
El proyecto nació hace cuatro años, entonces In-Correcto lo justificó así: “Nos encargamos de buscar propuestas musicales de distintos artistas latinoamericanos que lograran unir su raíz, con su contexto… entendiendo en su sonido que las formas de resistencia ya no son las armas, sino el baile”. Esta vez las ofertas provienen de Perú, Ecuador, México y Colombia.
Bueno, acá hay once tracks (al menos en Spotify) que inicia con la pieza Con el deseo a flor de calle, de la artista colombiana experimental Ana María Romano Gómez, creadora de sonidos electroacústicos, eléctricos y digitales. Ella se ha caracterizado por vincular su obra con su entorno social.
Tiene por delante temas como la equidad, lo femenino, la tecnología, los paisajes sonoros, el encierro y la luz de las penumbras de nuestra sociedad actual. Las diferentes voces y sonidos son urbanos, tomados de la calle, los mismos que se escuchan en el centro de Bogotá, zona de su residencia.
La pieza de Romano, nos traslada a ese lugar en plena pandemia. Pero hay que aclarar que es una especie de fotografía sonora, es decir, solo capta sonidos de varios lugares y listo. No hay melodía, no hay ritmo, sino solo un registro.
A esta le siguen otras en un poco más familiar, como Anfibio, a cargo de la deejay y productora de Lima, Orieta Chrem, con el apoyo de los beatbox mexicano y británico respectivamente, Grizzy y Hobbit. Este es un tema electrónico e instrumental, aunque con esos sonidos extraños producidos por las bocas de los beatbox. Tiene su ritmo afroperuano, aunque futurista, con diseños de sonido en verdad originales.
Otra de interés es Las hierbas, a cargo de Santiago Navas & La Muchacha, dos figuras ya del catálogo de In-Correcto. Este es rap con la voz de La Muchacha y el telón de fondo con un groove dignos de Navas. Por cierto, él es uno de los que ahora gesta electrónica andina. Aquí, el tema habla sobre el lado medicinal de la coca.
Dab Rey en cambio es cumbia, pero una cumbia super novedosa y electrónica. Está a cargo de Las Hermanas (Diego Cuellar), un beatmaker bogotano, y además un artista visual. Ha grabado varios discos y acá experimenta con ciertos sonidos, pero también con algunos beats. No es nada predecible. Quizá ese sea su atractivo.
Es sorprendente Lu Zero, una compositora y productora que teje sonidos sobre el tema Naturaleza Futurista. Lo suyo parece evocar esa estética retro lo-fi. Se puede decir que el track es parte de una nueva exploración sonora de la bogotana. Estamos ante una propuesta de contemplación, aunque a mitad de los ocho minutos que dura, aparece un sonido más elástico, más ondulante. No deja de ser cautivante.
En cuanto a Dealer, a cargo de Microhm (Leslie García), posee una construcción rítmica peculiar si se considera los diferentes sonidos que lo apuntalan y la forma en la que la desestructura. Al final su máquina es imparable y un tanto dislocada, con influencia del noise. La pieza de la tijuanense es instrumental. Y es un fragmento para mostrar sus experimentaciones, como creadora de arte electrónico, pero sobre todo como artista que busca la intersección entre música, instalación y ciencia.
En suma, nos encontramos ante un disco latinoamericano muy actual y sorpresivo, donde tanto en su búsqueda, como en sus voces, así como en sus beats y rítmicas, mantienen ese deseo de mezclar tradición y vanguardista, donde prevalece el ambient con algunos otros elementos donde se valora el timbre, el tono y la textura por encima de un trabajo vocal.
No está de mas recordar que el título La sudaca contraataca, se refiere a ese término sudaca, que es la forma despectiva con la que los españoles se refieren a los suramericanos. Y contraatacar es como desquitar, la revancha.
En los últimos 17 años se ha volcado a escribir de y por la música. Se mantiene alerta y curioso de todo lo que su radar personal le permita, para capturar y descubrir esa música que está en la marginalidad como también en el ojo del huracán artístico alrededor del globo. Periodista musical, crítico y productor de radio. Ha escrito para Crónica, Arteria, elPeriódico, Siglo 21, Prensa Libre y Nómada.