Voltar la cruda bestialidad humana

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El 2020, año de la pandemia, nos mostró la realidad de lo que somos como humanidad. Bestiales seres que ante el apocalipsis huimos despavoridos con los fajos de dinero abrazados al pecho. Esto se evidencia en parajes tercermundistas, como el nuestro, donde una clase política putrefacta cabalga sobre descuartizados cuerpos histéricos que extienden sus manos para salvarse. Esa complejidad, humana al final, que se adereza en las películas como uno de nuestros mejores rasgos como especie, es en realidad una verdad dura que busca eternizar al poderoso con el sacrificio justificado de muchos. 

La música ha documentado este año como una crónica abominable del alcance que puede tener la perversidad terrenal. Toda ese paraje se respira en Bestias, el nuevo EP de la banda salvadoreña Voltar. En este EP, la fatalidad suena a la gloria que produce la resignación o la aceptación del final en el lecho de muerte.

Bestias se reúne a DAWN (2019)Ven el mundo arder (2017) y Black Mamba (2013) en donde se confirma la evolución del grupo. Voltar alcanza un sonido más potente, robusto y articulado. La banda está integrada por Gerson Chávez en el bajo, Héctor Mejía en la batería y Diego EscobarHéctor Guzmán y Victor Interianoen las guitarras.

El disco abre con King Of Light una plegaria con destellos divinos, dedicada al más rubio y bello de los malditos, que desciende a su trono para reinar sobre la inmundicia. Voltar se toma su tiempo para explorar inmensidad y llenarlo de estruendo y distorsión.

Ritual, primer sencillo del EP, inicia en un limbo donde se respira abandono y soledad pero aún así, se busca sobrevivir, sanar y resistir.

Le sigue Everything is Full Of Love que es una consiliación hacia el perdón. Voltar suena a encontrar redención para continuar y cuando esta crisis termine podamos regresar a una normalidad menos fatalista.

Bestias es la más pesada del EP. Distorsiones y armonías se entrelazan para crear crudeza. Se percibe un clima de recuento de daños y de valorar la poco que nos quedó.  

La madurez sonora es algo que muchos grupos buscan desenfrenadamente y no todos lo alcanzan luego de 4 o 5 discos. Sin embargo, en Voltar se huele y se saborea un hambre voraz que no se satisface con nada. 

Esta nueva placa ubica a Voltar como una banda relevante y valiosa en el imaginario centroamericano. Su potencial continúa intacto y famélico bajo la consigna de no repetirse y continuar en perpetua evolución. Que así sea.

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